PALABRAS DE LA PRESIDENTA CRISTINA FERNÁNDEZ EN LA INAUGURACIÓN DE OBRAS EN INSTALACIONES DE LA UNIÓN FERROVIARIA

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jueves, 12 de noviembre de 2009

CRIS UFERROV

Muchas gracias, hoy me voy a permitir una licencia, buenas tardes compañeros y compañeras.

Estoy en un sindicato argentino, en este caso esta Unión Ferroviaria que inaugura hoy estas modernísimas obras que van a poder disfrutar todos los hombres y mujeres que integran la familia ferroviaria.

Quiero hablar también un poco de lo que significa el movimiento sindical argentino, lo que ha sido en la historia. Recién veíamos los orígenes de esta Unión Ferroviaria, de la que se cumple hoy el 87° aniversario. Hay gremios más jóvenes porque se fueron modificando las modalidades de trabajo, las modalidades de producción, pero en general hay algo que ha distinguido al sindicalismo argentino por sobre todas las organizaciones sindicales de nuestro continente por ejemplo, que ha sido concebirse, como recién lo mencionaba el secretario general de la CGT, no para obstruir, no para destruir sino para construir, y por sobre todas las cosas para articular esfuerzos entre capital y trabajo.

Esto tiene que ver, claro, con la impronta del partido que irrumpe, porque no se funda, el peronismo no se fundó, el peronismo irrumpió en la historia como un fenómeno político y social que significó la incorporación de los trabajadores al sistema de decisión nacional. Ya no se planteaban, como en otros lugares, la lucha entre los trabajadores y los empresarios, al contrario, siempre nuestra idea fue el fifty, fifty, el 50% para los trabajadores y el 50% del PBI para el capital.

Y no debe ser casualidad que precisamente a partir de esta idea de unidad del movimiento sindical de los trabajadores, y de esta convicción y concepción de la construcción del esfuerzo entre capital y trabajo es que precisamente sea el movimiento sindical más importante de toda Latinoamérica, pero no importante porque sean grandes sus dirigentes sindicales, importante porque ha logrado cosas para sus trabajadores que ningún otro movimiento sindical en Latinoamérica ha logrado. Tenemos por ejemplo el mejor salario mínimo vital y móvil, somos por ejemplo el país donde se han celebrado más de 2.000 convenios colectivos de trabajo, instrumento que hemos recuperado y que significa precisamente el acuerdo entre los trabajadores y la empresa.

Todos los que han recorrido América saben que es muy difícil encontrar hoteles, sindicatos, beneficios como los que tienen los trabajadores argentinos, como los que les brindan sus organizaciones; sus hospitales o lugares de recreación, su beneficios. Y entonces uno se pregunta cómo no se entiende que ésta precisamente ha sido una de las claves también del crecimiento importante de la economía y del mercado interno que se ha desarrollado desde el año 2003. Por eso yo soy una profunda admiradora de nuestra organización sindical, de nuestra posibilidad de ser el primer país que mencionó la palabra trabajo decente, que es el trabajo registrado, el trabajo en blanco, con salarios dignos y derechos para los trabajadores.

Cuando me levanté temprano hoy por la mañana y vi en una de las tapas del diario que algunos compañeros denominan el monopolio, y que en realidad es el monopolio porque esta es la forma que tiene, decir que la Confederación General del Trabajo había convocado a una movilización para querer imponer una forma de organización sindical, sentí una vez más el cinismo de la mentira. Yo quiero agradecerles a todos los compañeros de la CGT, a su secretario general Hugo Moyano, a José Pedraza, a todos, la convocatoria que hicieron para el 20 de noviembre para apoyar al gobierno popular, pero le decía a Hugo unos instantes antes -le pedí una reunión a solas- que les transmitiera a los compañeros el pedido de esta Presidenta a sus compañeros y compañeras, trabajadoras y trabajadores.

Yo no quiero que a ningún sindicato, que han sido el ejemplo de resistencia, de unidad de lucha por los derechos de los trabajadores, se le quiera enrostrar que lo que quieren hacer es imponer una forma sindical, por eso le pedí al compañero Secretario General que ese acto del 20 de noviembre lo hagamos en algún otro momento por el trabajo, por la paz, por la patria; porque las mentiras con las cuales se intenta confundir a la sociedad ya son demasiadas y yo no quiero como Presidenta que a ningún trabajador argentino le sea enrostrado que quiere imponer al resto de la sociedad, o al resto de las organizaciones sindicales, una forma de organización.

Todos sabemos que son mentiras, todos sabemos que a ese diario, a ese monopolio no le interesan ni las organizaciones sindicales ni los trabajadores ni el pueblo; todos saben que hace 10 años ese diario no permite que haya una comisión interna de los trabajadores de prensa, del sindicato que agrupa a los periodistas; todos saben que el mismo gerente de relaciones laborales que echó a la comisión interna de la fábrica Kraft, desatando un conflicto que finalmente pudimos reencauzar desde el Ministerio de Trabajo, es el mismo gerente de relaciones laborales que echó a la última comisión laboral que hace 10 años tuvo ese mismo diario, que no respeta ninguna libertad sindical, que no tiene ningún modelo sindical y que se escuda además en la libertad de prensa para esconder lo que muchas veces es una explotación de sus propios trabajadores.

Yo no sé si los lectores de Clarín y todos los que amamos la democracia y nos interesa la libre expresión y nos interesa la posibilidad de expresarse y organizarse de los trabajadores, saben que por ejemplo no pueden tener sus periodistas una comisión interna, como tiene cualquier fábrica, como tiene cualquier empresa. Yo no sé si saben que eso que quisieron presentar como que se estaba obstruyendo la libertad de prensa porque había un conflicto laboral que hoy está en el Ministerio de Trabajo, es simplemente el sistema de distribución de diarios y revistas que esconde el trabajo en negro de todo el sector distribuidor de diarios y revistas de la República Argentina y quieren presentar como una cuestión de ofensa a la libertad de prensa lo que es simplemente una cuestión de trabajo registrado y no de formas que disfrazan la evasión fiscal y la evasión de aportes laborales de los trabajadores.

Por eso, como sabía que esta movilización -que agradezco a los trabajadores y que vamos a tener oportunidad de realizarla en otro momento- iba a ser utilizada para disfrazar y para distorsionar lo que es simplemente el reconocimiento, como decía José Pedraza, como decía Hugo Moyano, de un gobierno que le ha devuelto a los trabajadores su dignidad, y ése es el principal problema que tienen realidad estos grandes intereses -el gobierno es simplemente el escollo, lo que impide que la Argentina vuelva a ser el lugar de la flexibilización laboral, el lugar donde el reclamo salarial sea concebido como algo a lo que los trabajadores no tienen derecho- entonces hoy antes de venir acá me dije voy a hablar con Hugo, voy a hablar con los compañeros. El día 15 de diciembre Camioneros va a hacer un hermoso acto en la cancha de Vélez Sarsfield, inaugurando el sanatorio Antártida, como hoy inaugura la Unión Ferroviaria esta fantástica obra, entonces mostrémosle a todos cuál es este modelo de organización sindical que cree que lo más importante no es destruir sino conseguir cosas y mejoras para sus trabajadores. ¿Y saben por qué es así? Porque los sindicatos no necesitan gobiernos liberales que dejen a la gente sin trabajo para poder existir como algunos grupúsculos, los sindicatos necesitan gobiernos que generen muchas fuentes de trabajo, que tengan muchos trabajadores, porque cuanto más fuentes de trabajo hay y más trabajadores hay, más fuertes son los sindicatos. Y a algunos eso les da miedo, yo me acuerdo en la década de los 90 cuando algunos decían «bueno, por lo menos los sindicalistas ya no pesan como antes», no era un problema de que los sindicalistas no pesaban como antes, los sindicalistas estaban, no habían desaparecido, lo que había desaparecido era el trabajo en la Argentina. Tardaron unos cuantos años en darse cuenta que en realidad el problema era que había desaparecido el trabajo.

Sin embargo, allí no se escuchaba ninguna voz denostar contra las formas de flexibilización laboral, al contrario, me acuerdo cuando Hugo, formando parte del MTA, me iba a ver a la Cámara de Diputados en 1998 junto a otros compañeros para que no apoyáramos la primera flexibilización laboral, la primera ley, no la de la Banelco sino la de Erman González. En realidad sería injusto hablar de Erman González, él era el ministro de Trabajo, era todo un sistema que habían metido en la cabeza de la gente diciéndole que en realidad si los trabajadores tenían menos derechos y menos beneficios iban a conseguir más y mejores trabajos. Un galimatías, una estupidez, que sin embargo se repetía monocordemente desde la radio, la televisión, desde las páginas de los diarios, la flexibilización laboral era la salida y la solución para la desocupación que llegaba a dos dígitos, llegó a un cuarto de la población argentina, 25 por ciento estuvo desocupada, había flexibilización de hecho porque cuando hay una cola en la puerta de la fábrica o del comercio esperando un trabajo no es necesaria ninguna ley para flexibilizar, la gente trabaja por cualquier cosa y de cualquier modo para poder subsistir.

Por eso es importante saber que en la unidad del movimiento obrero, en su fortaleza – no en su división – está precisamente una de las claves  para poder lograr mejores condiciones de vida y lograr trabajo los que aún no lo tienen. Y la otra clave, sin lugar a dudas, es un proyecto nacional, un gobierno que se identifique con ese proyecto nacional, que no es de este gobierno, viene desde el fondo de la historia, desde 1810 venimos pujando por dos modos de ver el país, por dos modos de entender la Argentina, por dos modos de vivir y de sentirnos argentinos. Mirar para afuera y copiar modelos que por supuesto no tienen absolutamente nada que ver con nosotros o identificar claramente  – como lo hicimos en distintas etapas de la historia, y tal vez con distintos signos históricos – dónde estaba verdaderamente ese proyecto nacional que le diera a los hombres y mujeres que vivimos aquí en la Argentina la oportunidad de vivir mejor.

Y claro, también la historia nos muestra que cada vez que ha habido gobiernos nacionales y populares, que con errores o con aciertos, con marchas y contramarchas, defienden a rajatabla los intereses de sus trabajadores, los intereses de su país, los intereses del resurgimiento, renacimiento y crecimiento de una industria nacional, de servicios también, de producción, de exportación que genere mejores posibilidades, se desatan también obviamente los intereses que siempre han creído que los trabajadores constituyen no la solución de los problemas, sino son simplemente una nómina o un costo salarial.

Advertimos durante la década de los 90 que finalmente el fracaso les llegó a todos, por supuesto los que más lo sufrieron son los trabajadores, los que quedaron sin trabajo, los pobres, los que aún todavía no tienen trabajo, esos pibes que van a acceder a la asignación básica no porque sus padres trabajan, o  porque están registrados, sino porque un gobierno se la reconoce; pibes que por ahí son estigmatizados, pero son pibes que no han visto trabajar tal vez nunca a sus padres. Hay una generación de chicos jóvenes en la Argentina, muchos de ellos que no vieron trabajar sus padres.

Yo me acuerdo cuando era chica y muchos de ustedes recordarán lo que era estar en la casa: el padre que salía al trabajo o la madre, el horario, la responsabilidad, el chico tenía que ir al colegio, volver del colegio, hacer los deberes. Parece casi una tontería, parece casi una descripción de una escena familiar pero no, es la descripción de la organización social de una familia, de un pueblo y de un país: el trabajo, el estudio, la responsabilidad, los horarios.

Todas esas cosas las hemos comenzado a reconstruir en la Argentina, pero han sido muchas décadas de olvido, de fracasos y por eso cuando algunos creen que lo que esos intereses poderosos quieren es el gobierno, no, en realidad no es el gobierno, en realidad  – cómo se los dije alguna vez, en una reunión de muchos dirigentes sindicales – vienen por todas estas conquistas, por todos estos derechos, por los trabajadores, por los sindicatos, por lo que hemos logrado en estos años de mejoras y de años en los que hemos podido superar etapas que fueron sumamente difíciles.

Por eso yo quiero, en esta tarde de realizaciones, en esta tarde donde venimos a inaugurar este fantástico lugar, agradecerles a todos los compañeros y a todas las compañeras el apoyo que siempre nos han dado y estoy absolutamente convencida que nos van a seguir dando; no porque les caigamos bien nosotros, no es una cuestión de simpatías personales o simplemente identidades partidarias compartidas, sino de intereses comunes que tenemos entre todos y todos sabemos del inmenso poder de movilización de los trabajadores y de nuestros sindicatos.

Pero yo quiero pedirles en esta oportunidad, y sé que lo van entender, que este 20 de noviembre, que yo tenía pensado inaugurar una muestra de la Vuelta de Obligado, en la Casa de Gobierno, ése sea el festejo con el cual recordemos el 20 de noviembre, lo que otro argentino en el siglo XIX pudo hacer contra las dos más grandes potencias del mundo de entonces con cadenas cruzando un río y con la valentía y la sangre de muchos criollos que como ustedes creían en el país.

Y el día 15, como hoy, cuando podamos inaugurar ese sanatorio que Hugo viene prometiendo, que va a ser la quinta maravilla del mundo y estoy segura que va a ser así, y nos juntemos en Vélez Sarsfield con miles y miles de compañeros y compañeras camioneras, y seguramente de otros gremios que se acercarán a festejar porque somos solidarios, porque somos hermanos, porque el logro de uno es la victoria del otro en definitiva, estoy segura que estarán haciendo la mejor defensa de ustedes y de este Gobierno que se enorgullece de representarlos a todos ustedes.

Yo me siento orgullosa, como Presidenta de todos los argentinos, de representar los intereses de los trabajadores, de sus empresarios, de sus estudiantes, de sus profesionales y también y con más fuerza que nunca la de los que todavía no han conseguido pasar al mundo formal del trabajo, o los que todavía aún no han conseguido trabajo.

Por todos ellos es que tenemos que seguir luchando y por todos ellos es que tenemos que ser lo suficientemente inteligentes como para desarmar argumentaciones, escenarios, mentiras y cinismos que nos quieren plantear quienes de a poco se les va cayendo definitivamente la máscara.

Muchas gracias y muy buenas tardes a todos y a todas.

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“Cuando la agenda la marca el capitalismo estamos perdidos”

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ENTREVISTA A JORGE COSCIA, SECRETARIO DE CULTURA DE LA NACIÓN

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Por Roberto Koira y Marcelo Telez

Afirma que «el gobierno no lleva un proyecto solo nacional y popular, sino que lleva uno más amplio». Elogia a Carta Abierta, plantea que «Jauretche hoy no puede ser masivo, es para la militancia» y a favor de la vigencia del peronismo sentencia:«para sorpresa de muchos, sigue siendo el gran proyecto revolucionario transformador del siglo XX».

Para Jorge Coscia llegar a la Secretaría de Cultura fue el final de un largo camino anunciado. Director de cine (entre sus películas están Mirta de Liniers a EstambulEl general y la fiebreLuca Vive) y ex presidente del Incaa, dejó su banca de diputado para asumir su desafío más importante: luchar por una cultura al alcance de todos. Coscia es conciente de su difícil tarea y ante Revista ZOOM emerge su costado de hombre del “pensamiento nacional”, pero que cree que la cultura es algo abierto y no cerrado a una sola mirada.

—¿Cómo se mezclan política y cultura?

—Nosotros queremos politizar la cultura y culturizar la política. Y que la política cultural esté llena de contenidos, pensamientos, debates, ideas, ideología y que la política sea un poquito más culta. Cuando la política es de coyuntura, es ahí donde en vez de militar se rosca. Cuando es parte de un proyecto histórico pasa a ser política de alto vuelo. Hay que saber dónde está la historia. ¿Es buena o mala la soja? ¿Qué es esto del campo? Cuando uno tira el “GPS de la historia” ve que las sociedades del monocultivo, asociadas a los grandes poderes, lo único que han hecho es generar pobreza y dependencia. Por eso quiero politizar la cultura y culturizar la política. Dejemos de roscar y militemos, dejemos de manejar mera coyuntura para poner el día, la semana y la agenda en el contexto histórico. La primera que hace esto es la Presidenta. Sus discursos tienen una alta referencialidad histórica, pero a veces muchos no acompañan. Ahí es donde la propuesta que hacemos desde Cultura es una convocatoria para debatir, reflexionar y enriquecer, desde un punto de vista cultural, la visión político-ideológica. Lo convocamos desde aquí, lo hacemos con una confesa visión que no cierra el debate, lo abre, y a la vez reivindica el concepto jauretcheano de pensamiento nacional y construcción de un pensamiento autónomo, soberano y de justicia.

El pensamiento contrario es ese que a veces adornado con alguna construcción académica, enriquecido por alguna retórica, termina jugando para la deconstrucción. La chicana, como argumento, es lo que utilizan todo el tiempo ciertos medios de comunicación. Me ha pasado de ir a la televisión y haber visto cómo se quedan callados muchos periodistas cuando referencio la cultura con la historia. No es necesario tirar el “GPS” muy alto, en cuanto uno va a la historia se tienen que callar la boca. Cuando Aguinis debatió conmigo, en cuanto vio que yo lo llevaba al contexto histórico universal, que es lo que hacía Jauretche, con las grandes revoluciones, con las encrucijadas que definen el destino de los pueblos, él me empezó a hablar del taxista que le dijo no sé qué. Muy simple, me sacó del ring y me llevó al barro. ¿Acaso no era un gran pensador? Pero ¿qué pensador resiste este debate? ¿Me la van a contar a mí? ¿Nos la van a contar a los que hemos leído a PepeRosa y hasta Félix Luna? Todo es historia desmantela la leyenda negra del rosismo, poniendo las cifras de los 38 casos que había matado La Mazorca contra los diez mil que mataron los generales uruguayos de Mitre. Toda esa falacia se derrumba.

—El grueso de la intelectualidad nacional está parapetado en Carta Abierta. ¿Hay contrapeso?

—Lo más importante del pensamiento teórico, conceptual, ligado a las universidades, ha creado el emprendimiento más grande e importante de estos tiempos, que es Carta Abierta. Del otro lado hay tiburones con cartel, generados por los medios de comunicación. ¿Por qué es más conocido un escritor que otro? Muchas veces porque salió en tal o cual revista. Funciona de ese modo.

Jauretche jamás fue mencionado por el diario La Nación, Marechal tampoco, Scalabrini solo por El hombre que está solo y espera, pero en cuanto se mete en FORJA desaparece. La Argentina tiene desaparecidos físicos e intelectuales en este sentido. Esta última, es resultado de cuando alguien tiene proyectos de intereses contrarios a los grandes grupos de poder. Comienza a desaparecer y su nombre comienza a no estar más en los grandes medios de comunicación. Por eso es muy apacible para un intelectual ser un tipo del establishment, es una sensación de enorme comodidad y confort. Es muy lindo un domingo leer que hablan bien de uno en un diario de gran tirada. Pero ser un tipo que recuerda lo que nadie quiere recordar, como el compromiso de los diarios de gran tirada con la dictadura militar y los negociados con Papel Prensa, es el lugar incómodo, de tábano. A nosotros nos quieren hacer beber la cicuta todo el tiempo, decimos lo que nadie quiere decir.

Era mucho más difícil en la época de Perón, en la cual la intelectualidad masivamente estaba en contra suya. Había algunos errores, el peronismo nace como un movimiento de mucha amplitud ideológica y le aportan socialistas y anarquistas, pero también algunos teóricos del nacionalismo oligárquico. Ahí se dividen mucho las aguas, pero algunos intelectuales logran sacar la cabeza, y mucho más después del ‘55, porque en la década del peronismo todavía son jóvenes. Ahí es donde aparecen figuras que logran armar no solo la historia del peronismo, sino también de la Argentina. Hoy es mucho más vacío. Si uno va a Internet, en los blogs, en Facebook, las paredes virtuales, uno encuentra que todas las chicanas e insultos están del lado del antikirchnerismo. Del otro lado puede haber insultos también, pero sobran conceptos, análisis o reflexión.

El eunuquismo es como un residuo del proyecto post-moderno. Conceptos, proyecciones, ideas, reflexiones históricas no hay. A lo sumo hay esnobismo, la vanguardia del pensamiento antinacional. No en vano la palabra esnob viene de “sin nobleza”. No hay nobleza de ideas, son innobles en tanto no conforman un proyecto. El esnob está preocupado por la forma, no por la sustancia. Pero del otro lado es notable la cantidad de jóvenes que están escribiendo, produciendo ideas, generando respuesta y debate. Esos son de la clase media, no de la villa 31. Entre Susana Giménez y TN, uno ve la gente en los bares con la mandíbula caída mirando las letras. El otro día yo soñé que estaba en un bombardeo, y creo que mi subconsciente metaforizó el bombardeo que estamos viviendo como sociedad. A esa señora de mandíbula caída, indignada porque no se aguanta más, lograron hacerla olvidarse del 2001, los apagones de luz de los ‘80, la dictadura militar. Es ese proceso de amnesia que soñó Orwell en 1984. Esa señora es mucho más víctima que nosotros, que estamos reaccionando y sentimos el viento del debate en la cara.

—En la Secretaría ¿qué apoyo pensás que le pueden dar a los difusores del pensamiento nacional?

—La Secretaría de Cultura es del Estado. Muchos me preguntan qué hacemos en torno a esa discusión, bueno, tenemos institutos de cine, del libro, del teatro. Pero lo que hay que lograr es un equilibrio, que la producción cultural no sea solo orientada; la función de la secretaría de Estado es promover toda la producción cultural argentina. Creo en el debate, y que el debate cultural debe existir.

Tratamos de ser un faro que representa claramente una línea de pensamiento político. Esta también es una diferencia con mi antecesor, que tenía una visión ideológica, conceptos que no eran del campo nacional y popular. Él hablaba de construcción de ciudadanía, pero yo digo que no la hay sin identidad nacional, y el proyecto nacional no se construye ahora, viene de antes. El gobierno no lleva un proyecto solo nacional y popular, sino que lleva uno más amplio, de frente nacional. Así como Perón y su frente nacional les dieron cabida a anarquistas y socialistas, nosotros también tenemos un frente amplio. Son muchas las cosas que podemos hacer, pero con un equilibrio y libertad. Yo lo digo siempre: Coscia tiene una visión ideológica, pero es el Secretario de Cultura de todos los argentinos.

—Este es el año de Scalabrini Ortiz, ¿creés que sirvió para difundir su figura o quedamos a mitad del camino?

—Siempre es poco, pero creo que Scalabrini Ortiz se defiende solo, como Jauretche. Tampoco en los ‘70 lo conocía mucha gente. Si un chico tiene que leer la historia de los ferrocarriles argentinos o historia de la nación latinoamericana, le digo que lea lo último. Es muy difícil entender el problema de los ferrocarriles de la década del ‘40 sin tener una macrovisión de la historia. Con Jauretche y Scalabrini hay un problema en la lectura. Cuando se lo das a un pibe de 23 años, y lee las Zonceras, y lee el Plan Prebisch, si no sabe de historia, no sabe de qué se está hablando. Es curioso esto, Jauretche hoy no puede ser masivo, es imposible. Es para la militancia. Hay ciertos libros que hay que leerlos con formación. En los ‘70 también pasaba eso, la lectura fue masiva, pero ¿cuántos tipos lo habían leído a Jauretche? Las revoluciones se hacen con todos, pero la toma de conciencia es de quienes de alguna manera están en condiciones de tener una macrovisión. Esa conciencia funciona cuando alguien dice “Patria justa, libre y soberana”, o dice “Pampas y tierras”, “Libertad, igualdad y fraternidad”, pero los que tomaron La Bastille habían leído a Rousseau, los descamisados del 17 de octubre habían leído a FORJA. Jauretche mismo lo cuenta. Los que suscriben al peronismo leyeron a Hernández Arregui.

Todos tienen que saber quién es Jauretche, qué es el pensamiento nacional, cómo es un esquema y cómo funciona su lógica. Esto se transmite con libros, con debates, asambleas y mucho con películas. Hoy los jóvenes tienen mayor capacidad de asimilación audiovisual.

¿En qué estado está la Ley Federal de Cultura?

—Estamos discutiéndola con las provincias, tratando de sacar una ley que marque la política cultural nacional, que la haga genuinamente federal, que instale la cultura en la proa del proyecto nacional como debe ser. Hoy seguimos conviviendo con un Estado transformador, que ha vuelto a tomar la iniciativa del orgullo nacional, la conformación y la justicia, pero que de pronto no tiene el potencial de sentido cultural que debería tener. Nos falta una ley que haga que no se olvide nadie de la cultura. Estamos discutiendo, como corresponde, con todos los representantes de cultura, del gobierno y de todas las provincias sobre los lineamientos. Y hay algunos acuerdos. Nuestro sueño sería que fuera una ley del Bicentenario.

—¿Qué te recuerda el día del militante?

—El 17 de noviembre de 1972 significa tal vez la última gran gesta popular ligada al peronismo, el complemento del 17 de octubre. Nos trajo de vuelta a uno de los más grandes hombres de la historia del siglo XX. Estoy ahora terminando un documental de Perón que me encargó Caras y Caretas, antes de que fuera Secretario de Cultura. Es una biografía de Perón, y dije que no la puedo hacer porque no cabe en 90 minutos y que iba a hacerla hasta el ‘55. Luego me di cuenta que tampoco puedo hacer una exaltación emotiva como la que hizo Favio, pero tampoco será una biografía, se va a llamar Apuntes para una biografía. Esto da la medida de lo que yo entiendo de Perón.

Sin lugar a dudas el 17 de noviembre nos lo trae, aunque tarde. Perón no era el del ‘55, era el del ‘73. Los 18 años de exilio fueron una gran victoria para el antiproyecto. Lo traemos, pero lo traemos tarde. Sin embargo, así funciona la historia. Lo notable es que lo trajimos, y su proyecto, para sorpresa de muchos, sigue siendo el gran proyecto revolucionario nacional y popular transformador del siglo XX. Caído el muro de Berlín, el gran dilema no es si vamos a ser capitalistas o no, sino si vamos a controlar o no el capitalismo.

Cuando en la época de Menem cantaban en la marcha “combatiendo al capital”, pensaba que estaban exagerando. Sin embargo hoy está vigente, pero no para eliminarlo, sino para ponerle límites y que no marque la agenda del destino del pueblo. Tenemos un Estado y un gobierno que trata de decir que sea la sociedad la que marque la agenda. Cuando la marca el capitalismo estamos perdidos.

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Stornelli y el desaparecido Arruga

http://www.elargentino.com/nota-65779-Stornelli-y-el-desaparecido-Arruga.html

EDUARDO ANGUITA

POR EDUARDO ANGUITA

13-11-2009

Luciano Arruga está desaparecido. Tenía 16 años cuando el 31 de enero fue llevado a una comisaría en Lomas del Mirador.

El ministro de Seguridad bonaerense, Carlos Stornelli, fue quien tomó la decisión de separar de la actividad policial a ocho efectivos que esa noche prestaban servicio. Como meses después, Stornelli decidió reintegrarlos a sus actividades, en el mismo distrito en el que prestaban servicio; publiqué un artículo el martes pasado que llevó por título “Entre la impunidad y la justificación ingenua”. Esa nota motivó una carta al jefe de Redacción de Buenos Aires Económico escrita por Adriana Belmonte, quien trabajó años de periodista y en la actualidad se desempeña como directora general de Comunicación del ministerio a cargo de Stornelli. En ella, Belmonte menciona a Gonzalo, un chico amigo de Luciano, que habría visto a la víctima golpeada en el destacamento. Luego, dice textualmente: “A pesar de los esfuerzos por localizarlo, Gonzalo, único testigo que permite vincular la ausencia de Luciano con la responsabilidad policial, nunca apareció. Su testimonio no figura en la causa”. Un párrafo muy desafortunado.

En primer lugar, porque encontrar a un chico pobre de La Matanza es, para una fuerza de seguridad, una tarea muy sencilla.

Segundo: no es el único testigo. El abogado de la familia Arruga, Juan Manuel Combi, confirmó que hay dos personas que estaban presas ese día en la comisaría en cuestión, que denuncian haber oído las quejas de alguien que estaba siendo salvajemente golpeado esa noche. Por estar en las celdas, no pudieron ver o identificar de quién se trataba. Y esas dos personas están ubicadas e identificadas.

Tercero: Celia Cejas, la fiscal que actualmente lleva la acusación, tiene suficientes indicios como para confirmar la responsabilidad del personal policial que, en un primer momento, fue sancionado por Stornelli. Y lo que tiene Cejas no debe diferir mucho de lo que Stornelli supo desde un primer momento. Porque los policías no pudieron explicar las acciones realizadas por esas horas y un móvil policial tuvo un movimiento que podría confirmar la hipótesis que maneja la familia a partir de todos los indicios que dejó la impunidad con la que se habrían manejado los policías involucrados.

Esa hipótesis es que Luciano fue muerto a golpes –quizá involuntariamente– y que luego su cuerpo sin vida fue “hecho desaparecer”. En abril pasado se realizó un rastrillaje en el Predio Municipal Monte Dorrego en busca de rastros de Luciano. Mientras se hacía el operativo, se apersonó Stornelli. Por considerar que los resultados fueron positivos, dispuso el pase a disponibilidad de los policías. Pero la familia y el abogado denunciaron que la fiscal anterior, Roxana Castelli, fue removida por administrar mal las pruebas. Y que, a la vez, los resultados positivos del rastrillaje –con perros que olieron ropas de Luciano– fueron desestimados para seguir la investigación.

Quinto: Luciano no se fugó de su casa. Ya había tenido conflictos con la policía. “La historia que terminó con su desaparición comenzó en agosto de 2008, cuando fue detenido por averiguación de antecedentes mientras cartoneaba en la zona. En esa ocasión, Luciano habría sido golpeado por la policía, pero su familia decidió no hacer la denuncia. El 22 de septiembre lo volvieron a detener. Lo acusaban de robar un reproductor de mp3 a tres jóvenes, aunque sin armas ni violencia. Esa misma tarde, cuando su hermana lo fue a buscar al destacamento, escuchó la conversación telefónica de un policía con el fiscal, al que le preguntaba qué hacer con el menor. Como música de fondo, a través de la puerta se oían los gritos de Luciano. Estaba siendo golpeado otra vez” (Miradas al Sur, 20-03-09).

El miércoles pasado, después de publicada la nota firmada por Belmonte, desde el programa de Radio Nacional Carbono 14 intenté entrevistarla, pero no accedió a la invitación. Es un hecho desafortunado que el ministro Stornelli no estimule que sus funcionarios –o él mismo– den información precisa sobre esto. Pese a que la responsabilidad de los funcionarios debería ser que no queden zonas oscuras en el tratamiento público de estos temas, en esta oportunidad se confirma lo que tuvo por título la nota original: el ministro actúa con una combinación de ingenuidad e impunidad, porque cuando se da un paso para tratar de aclarar las cosas, hay que tener coherencia y avanzar otro paso más y otro más.

Pero el problema es que el desaparecido es Luciano y sólo podrá saberse la verdad si el ministro alienta a que se conozca la verdad. Esto no termina acá: el juez Banco, a cargo del Juzgado de Garantías Nº 5, tiene abierta la causa y la fiscal Cejas va a presentar las pruebas para que la impunidad termine. La larga historia de absoluciones a uniformados de la Bonaerense que cometieron delitos no permite saber cómo terminará esto.

Pero, en el caso de Luciano el agravante es que está desaparecido. Una palabra que en la Argentina remite a los miles de asesinados por efectivos policiales o militares en la época de la última dictadura militar. Algo que nunca más debe suceder.

LUCIANO ARRUGA

 

 

PINCHADOS

Daniel Paz & Rudy

http://rambletamble.blogspot.com/2009/11/impacto-de-la-asignacion-universal.html

impacto de la asignación universal sobre los niveles de pobreza bonaerense ( que la sigan…)

Presentamos en exclusiva para los lectores de Ramble la previsión del impacto sobre los niveles de pobreza por ingresos bonaerense que tendrá el Plan de Asignación Universal para Menores de 18 años , estudio de Consultora Equis que ayer citara Cristina .

 

El presente ejercicio de simulación se realiza a pedido del Ministerio de Desarrollo Social de la Provincia de Buenos Aires para estimar el impacto en los niveles de pobreza de la implementación del plan de asignación de por hijos menores de 18 años. Al respecto, deben considerarse los siguientes datos. El 42,9% de los menores de 18 años de edad de la Provincia de Buenos Aires reside en hogares ubicados por debajo de la línea de pobreza. El 40% de los nacimientos registrados cada año provienen de hogares ubicados bajo la línea de pobreza. El plan supone la asignación de $180 mensuales por hijo menor de 18 años que se harán efectivos en un 80% (es decir $144) y el saldo será depositado en cajas de ahorro accediendo al monto restante ($36) una vez acreditados el cumplimiento de la calendario sanitario y la escolaridad de los menores de edad. A los fines del estudio de impactosolamente se consideran los $144 efectivizados mensualmente.La inflación anual promedio para la población ubicada por debajo de la línea de pobreza para el período de estudio 2010 – 2019 se estima en 16,4% por cuanto en dicho sector tiene mayor impacto la evolución de los precios de los alimentos y bebidas, en general; y de los productos de la canasta básica de alimentos en particular. La brecha de pobreza, medida en porcentaje de la canasta básica de pobreza se considera del 55%. En función de estos supuestos se proyecta el impacto del plan de asistencia social diseñado.

 

El cuadro N°2 muestra la evolución de la inflación acumulada para el estrato pobre por ingresos y el poder adquisitivo del plan social de asignación.

De la combinación del crecimiento de la población conjuntamente con la evolución del poder adquisitivo de los planes de asistencia, se estima el impacto del plan social. Para tal fin se calcularon también los siguientes datos que se utilizan como referencia para la estimación del plan.

El cuadro N°4 muestra el impacto anual del plan de asistencia conforme el paso de los años con la tasa de pobreza estimada y la reducción puntual estimada por año.
El siguiente cuadro N°5 muestra el costo de la inversión del plan social proyectado.
Finalmente y a los efectos de dimensionar temporalmente el impacto se presenta el siguiente gráfico.
PUBLICADO POR ARTEMIO LÓPEZ EN 11:18:00 PM